El “Mystras” del mar Egeo.
Anavatos es un pueblo bizantino construido en forma de torre en el centro de Chios. Su situación es quizás lo más impresionante de esta construcción, ya que se encuentra en la cima de una gran roca de granito en lo más alto de una montaña. A pesar de que está deshabitado todavía puede sentirse toda su historia al pasear por las calles adoquinadas del pueblo. La Guerra de la Independencia de 1821 y las masacres de 1822 fueron decisivas para la historia de la isla y de este pueblo.
El nombre de esta población proviene de la palabra griega “anaveno”, que significa “trepo”, y encaja perfectamente con la imagen inalcanzable de este pueblo perdido en lo alto de la sierra.
El pueblo está construido sobre una cima rocosa de márgenes empinados y está rodeada por una sierra afilada al sur y al oeste, de manera que tan sólo puede accederse a ella desde el norte. Las defensas naturales que constituyen esta situación excepcional fueron escogidas por razones de seguridad para controlar la costa oeste durante el periodo de piratería.
Otra versión sobre la fundación del pueblo, probablemente más verídica, es la que cuentan los habitantes de la zona. Según dicen, los primeros fundadores fueron leñadores llegados para construir el famoso monasterio de nueva Covent por encargo de Constantino de Monomahos de Constantinopla. Los leñadores habían pedido al magnate que se les cedieran las tierras para establecerse, y éste no sólo estuvo de acuerdo, sino que incluso les facilitó dinero para la construcción de su nuevo pueblo. Los leñadores trabajaron duro para construirlo e incluso lo reconstruyeron en varias ocasiones después de asaltos piratas. Hoy en día los restos de las casas aún recuerdan la vida en este pueblo perdido.
Anavatos floreció durante las últimas décadas del reinado turco, pero sufrió grandes pérdidas en 1822 a manos de los turcos y en 1881 debido a un terremoto. El terreno, hoy prácticamente devastado, se aprovechó en forma de anfiteatro con la acrópolis en el vértice del barranco. Las casas que la rodeaban evocan ahora una ciudad fantasma en un entorno único con la iglesia de Taxiarchis coronando la cresta de la acrópolis.
La iglesia de Taxiarchis se ha conservado en condiciones hasta la fecha; en esta ciudad fantasma, es el único edificio visible a una cierta distancia. En los edificios al lado este de la iglesia, no muy lejos de la puerta de la verja, destaca una estructura imponente. Se trata del llamado edificio de tres pisos, y comprende un molino de aceite de oliva, una escuela, un pozo de agua, y la iglesia de Theotokos, dedicada a la Virgen María. Anavatos, con sus casas, sus arcos y sus empinadas calles empedradas, es un lugar sobrecogedor lleno de belleza que despertará su imaginación.