Atracciones turisticas

La cueva de Olympi,

 

una impresionante atracción natural en la zona de Sykia, que se encuentra a unos 35 km de la ciudad de Chios y a 5 km del pueblo de Olympi.

 

 

Esta cueva es famosa por sus extraordinarias formaciones de estalactitas y estalagmitas (creadas por la deposición química del carbonato cálcico del agua de lluvia que entra en la cueva)
y fue explorada en 1985 por la Sociedad Espeleológica Helénica.
Algunas de las estalactitas se forman de forma inclinada, desafiando la ley de la gravedad, esta peculiar formación puede ser el resultado del continuo flujo de aire hacia abajo a través de las aberturas en el techo de la roca.
Según los arqueólogos, las estalactitas de la cueva de Olympi empezaron a formarse hace unos 200 millones de años, pero la creación de la propia cueva es difícil de estimar.
También hay algunos “anthropie ton spileon” (hombres de las cavernas) que tienen forma de personas.

 

 

El carbonato de calcio y el contenido argílico pintan juntos la cueva en múltiples colores.
La piedra de carbonato cálcico gris/blanco se embellece con la tierra argílica de color amarillo rojizo en algunos lugares, y juntos hacen de la cueva un lugar hechizante.La temperatura dentro de la cueva es casi constante durante todo el año, 18 grados y una humedad del 95%.
Según los científicos, esta peculiar formación puede ser el resultado del continuo flujo de aire hacia abajo a través de las aberturas del techo de la roca.
Las estalagmitas y estalactitas siguen formándose, por lo que la intervención humana no debe afectar al microclima del interior de la cueva. De ahí que el sistema de doble puerta de entrada impida cualquier corriente de aire del exterior.
En 2003, los primeros visitantes tuvieron la oportunidad de visitar la cueva.

 

Ahora la cueva está abierta de mayo a noviembre, excepto los lunes, de 11:00 a 18:00 horas.

 

La cueva de Agio Galas,

 

descubierta en 1969, es la cueva más grande e importante de la isla y una de las dos cuevas abiertas a los visitantes. La cueva de Agio Galas se encuentra en la zona noroeste de la isla de Quíos, a unos 70 km de la ciudad de Quíos. En realidad, se trata de un complejo de tres cuevas.
Hay pruebas arqueológicas de su existencia desde el periodo neolítico (5500 a.C.).

 

 

Una leyenda especial sobre la cueva: Una vez un rey bizantino desterró a su hija, que padecía lepra, al noroeste de Quíos. Llegó a una cueva donde encontró refugio.
Allí había una mujer vestida de negro que la cuidaba y, después de tres años, el rey se arrepintió de su decisión y envió un barco para traer de vuelta a su hija.
La encontró curada gracias al agua lechosa curativa o al líquido parecido a la leche que goteaba de las estalactitas de una parte de la cueva.
Como estaba tan agradecido, el rey decidió hacer construir una iglesia (“Agio Galas”, llamada así por el líquido lechoso curativo, ya que en griego “Gala” significa “leche”) en el interior de la cueva, pero cada mañana los trabajadores que construían la iglesia seguían encontrando sus herramientas fuera de la cueva, por lo que se construyó entonces fuera de la entrada de la segunda cueva.
Más tarde se construyó la pequeña iglesia de Santa Ana en el interior del túnel.

 

La cueva consta de un pasillo alargado con una longitud total de 220 metros, que forma meandros, mientras se expande creando amplias salas y cámaras.
La totalidad de la cueva de Agio Galas aún no ha sido explorada, pero se dice que posee elaboradas formaciones calcáreas de espectacular morfología.